
Pongo el primer disco de Les Negresses Vertes en el tocata y a escribir se ha dicho.
No es q tenga mucho q decir, pero ya irá saliendo algo sobre la marcha.
Así de buenas a primeras, la escucha de éste fenomenal disco me retrotrae (palabrón donde los haya) a cuando lo escuchábamos en esos veranos calurosos de nuestra adolescencia. Poníamos estas canciones con aroma francés y las gozábamos, con su acordeón omnipresente y su glu-glu-glú gla-gla-glá. Entre los Negresses y los Mano Negra éramos lo más parecido a pies negros, pero en una época en q ese epíteto todavía no estaba en voga ni representaba a un estrato social concreto. Era música fresca, original y que rehuía clasificaciones. Hecha para bailar y reir. Anda q no nos sabíamos el Puta's fever y el Patchanga casi de memoria. Por eso, a día de hoy, cuando el piesnegrismo es poco más q una cuota de mercado y un way of life asociado al perroflautismo y al estar escuchando los mismos temas con la misma resabida fórmula pero con una calidad y originalidad dudosa, parece mentira q nos molase el tema. Pero así era, y hasta nos atrevíamos a rumbear sin tener ni puta idea de lo q era la rumba. No éramos ni más ni menos auténticos, simplemente era la música q estaba en el aire. Hoy el aire es pesado y un pelín claustrofóbico, q se le va a hacer, el comercio es asín.
Recién vuelto de una semanita en Cadiz con el Sr.Chokapic en casa de nuestro buen amigo Jimmy, me siento más vividor q nunca. Sin curro, sin dinero, voy de un lado a otro sin más preocupación q pasarlo bien y reconstruirme en este nuevo contexto vital, sin pareja, cómo la mayoria de Chocadélicos, y sin muchas espectativas, algo q por la habitual empieza a ser familiar, y q ya puestos, hay q aprender a disfrutar. Porque, cómo le decía a mi hermano Erktr, no es momento ahora de quejas, pq la cosa se puede poner mucho más gallita en los próximos meses y el año q viene, y más vale reservar las lágrimas para cuando sean realmente necesarias. Algunos tenemos la suerte de tener un seno familiar en el q refugiarnos en caso de ataque aereo, y otros se buscan la vida pinchando, haciendo producciones de eventos, y en el ramo de la hosteleria, salvavidas en momentos de naufragio. La cosa es q empiezo a creer con intensidad q esto va para largo. Ya no volveran los viejos tiempos, es un error trabajar en función de recuperar un estatus pasado, porque sólo acarrearía frustración y decepciones continuadas. La premisa: seguir haciendo lo q nos gusta hasta q se pueda, y estar con las orejas abiertas y dando voces a diestro y siniestro para aprovechar alternativas, ya sean en el plano musical o en otros sectores afines o lejanos -mientras mi espalda lo permita, descarto totalmente la obra. Pero nunca está de más pegar una paliza a la autocomplacencia, q muchas veces nos creemos q somos grandes y q siempre lo seremos, cómo si innatamente estuviesemos predestinados a hacer grandes cosas y a tener una trayectoria dilatada y exitosa q culminaría en una jubilación en los escenarios siendo un venerable hombre-funk respetado por todos y en todos los lugares. Nanai. El contexto socio-económico hace y deshace carreras, no somos nada, polvo somos y al polvo volveremos -era asó, no?-, don't believe the hype y no te creas nada más q lo q eres: alguien con cosas q decir q puede q no interesen más q a 37 personas, y eso ya es un pequeño milagro.
Por eso he decidido darme unas vacaciones de mi mismo. No atender mis responsabilidades y no marcarme ningún calendario. De nada sirve en estos momentos planificar pasos q no conducen a ningún lado. Leer, comer, beber, fumar, ver pelis, tontear y nadear: esas van a ser mis fuentes de inspiración por el momento. Volver a lo básico, sin pretensiones, disfrutar del momento y no hacer nada q no me apetezca. No gastar, no participar de la corriente principal, piratear a destajo, pirarme de la fiesta cuando me dé la puta gana. Voy a hacer lo q nunca he hecho: nada. Pretensiones 0.
Estoy leyendo un libro q me pasó Ginés de los Manero, mi familiar no-deseado (bienentendidamente, me explico: cualquiera de los Manero es familiar mío por el tiempo q hemos pasado juntos y lo q hemos vivido. No-deseado porq no es de sangre, pero te los comes igualmente y ya puedes llevarte bien macho!), una historia del blues del Delta desde su genesis a principios del siglo XX hasta finales de ese siglo, a cargo del erudito Ted Gioia. Interesantísimo debido a q en el blues está el origen de casi todo la música q escuchamos hoy en día de tradición afroamericana (desde el hip-hop, al r'n'b, al rocanrol, pop,... todo, vaya). A través de un estudio de los orígenes africanos del blues q se desarrolló en las plantaciones del delta del Mississipí, pasando por las biografías de las figuras más relevantes de éste género vamos viendo el desarrollo de un nuevo lenguaje musical q cambiaría el devenir de la música moderna y q pasaría a formar parte constitutiva de la cultura norte-americana, y por derecho de conquista tras la segunda guerra mundial, del mundo entero. Vagabundos, borrachos, predicadores pecaminosos, mujeres de garagantas incendiarias chuleadas por proxenetas que bailaban el shimmy, una escucha de las primeras grabaciones del primitivo blues del Delta, a cargo de Blind Lemon Jefferson, Charlie Patton o Son House es cómo una patada en los cojones.
Te puede gustar o no el blues, de hecho éste blues es arcaico, cazurro y sus intérpretes unos analfabetos de tres pares de cojones, pero desde luego no te dejará indiferentes escuchar sus voces profundas cantando sus realidades inmediatas, las mierdas por las q pasaban, sus testimonios vocales acompañados unicamente por sus destartaladas guitarras.



He de reconocer que soy incapaz de desaprender todo lo q he aprendido. No sé si puedo aspirar a tal libertad formal, tan sólo admirarla y usarla cómo un argumento vital en pos de la creación pura y la deslegitimación de cualquier formalismo castrador. No hay nada q no pueda hacerse con estas manitas y nuestra materia gris. Nada es incorrecto, todo vale mientras surja de dentro.
Fotos en Flickr.
Chao.