martes, 27 de octubre de 2009

EL GIGANTE Y EL ENANO, Twin Peaks on my mind


Todo el mundo anda enganchado a alguna serie hoy en día, y a dios gracias de q existe internet y podemos prescindir de la tv convencional para tener nuestra dosis catódica diaria de calidad. Recuerdo cuando en el cole nos preguntaban cuantas horas nos pasábamos al día delante de la caja y la gente siempre tiraba para abajo, q si 2 horas, q si tres... Bueno, pues hoy, con Lost o cualquier otra (me estoy enganchando a Galactica, Fringe y por supuesto la imperdible Weeds), te puedes llegar a pegar maratones de 5 o 6 horas ininterrumpidas, y encima disfrutando cómo un perro en celo y perdiendo horas de sueño q ya no recuperarás nunca más. Viva HBO y la madre q la parió.
Pero todo esto tiene unos antecedentes q no hay q olvidar. Y no hablo de V -q no es moco de pavo, aunque no soporta el paso del tiempo en algunos momentos- ni de Alf, sino de ese pedazo de obra maestra q fue Twin Peaks.
Debía correr el 92 o por ahí, y parecía todo se iba a tomar por el culo en la tv y en la calle. Aparecen Tele5, con su loga floral y su Ai q calor! pegando fuerte, y Antena 3 con Carrascal deconstruyendo la información. Los juegos olímpicos mandaban al traste la Barcelona arrabalera y el PSOE la jodía por todos lados. Vaya principio de década más chusquero y panderetero. Pero entonces apareció Twin Peaks en el firmamento. Yo era de esos adolescentes q salía los viernes, pillaba la medio-tontería pero a las 23 estaba en casa para ver cada nuevo capítulo. Eso era el futuro de la tv, y encima era lo más extraño y mórbido q te podías echar a la cara. No entiendo cómo dejaron a David Lynch y Mark Frost hacer ese ejercicio de cripticismo, suspense, insanidad, misticismo, neo-realismo rural, sexualidad reprimida. Y con Bush en el poder, menos. Creo decir sin miedo a equivocarme q eso fue el principio de todo lo q vendría después, y q nunca fue superado. Por mucho q Expediente X mantuviese la antorcha, nunca volvió ese entretenimiento para todos los públicos tan inteligente y estético, a la par q estimulante y imaginativo. PARA TODOS LA PUBLICOS. Todo hijo de vecino se preguntaba quien mató a Laura Palmer. Todavía revisionándola hoy -y dejando de lado ciertos cortes de pelo y jerseises en los q cabían dos personas-, su estética, sus movimientos de cámara, sus efectos de sonido y su misterio se mantienen intactos. Grandes.
Esos personajes marcaron el devenir de la ficción: ya no imaginamos un agente del FBI sin la gabardina del agente Cooper. ¿Quien no piensa en una comisaria de pasma sin creer q hay cajas de donuts sobre las mesas? Pero por otro lado, ¿a que guionista actual se le ocurre q ese tipo mantenga soliloquios con su grabadora y q sueñe con un gigante calvo y un enano bailarín con una cortina de terciopelo granate de fondo y un suelo de baldosas psicodélicas? Y esos secundarios inigualables cómo Lady Tronco, el hijoputa de Leo Johnson, el manco, o la esquizo de Maxine con su parche y su invento de unas cortinas q no hagan ruido al correrlas. Y esas chicas fatales tan morbosas e inocentes al mismo tiempo... joder, yo amaba a Sherylinn Fenn, me lo hubiese hecho con Sheryl Lee aunque estuviese muerta en la serie y habría tirado el anzuelo a la mitad de las féminas del pueblo. Claro q tenía la edad en q te hubiese follado hasta a un camión de la basura... pero esa era la gracia del tema. Generaciones desviadas gracias a esta serie. Preferir la tele a salir de bares o discos -q está sobrevalorado a todas luces. Chavalada: IROS A CASA A VER TWIN PEAKS Y DEJAOS DE BOTELLONES Y TECNO MARRANO, solo conseguiréis un embarazo no deseado o q amanezcáis sin un pulmón. Salir con cabeza, mendrugos, q parecéis bobos. Ya no te digo q veas pelis de Fassbinder, sólo q veas el capítulo 15 de Twin Peaks y abras los ojos. Mecagoenlaputa madre de Leland Palmer y su sosías demoníaco Bob, y en la casa unifamiliar de la familia Palmer con su ventilador en el techo q parece un reloj q marca los segundos q faltan para q el infierno venga a tomar el té. ¡Papi te echa de menos Laura! Se me encoge el estómago de pensarlo tía!
Evidentemente llegó un momento en q todo se empezóa desmadrar, las exigéncias de la productora empezaron a quebrar el espíritu de la serie, q terminó en un punto de la historia q nadie recuerda exactamente en el q puede q el enano se enrollase con el gigante pq parecía más un culebrón q otra cosa. Pero siempre nos quedarán los 15 primeros episodios cómo el ejemplo de q si le das espacio a alguien con talento e ideas en un medio masivo, el resultado sólo puede ser entretenimiento memorable, noches de emoción, tremulidad y imaginación fluyendo vía catódica. Eh, pero dar espacio significa q puede haber cosas q la mente de un ejecutivo de una corporación comunicacional no comprenda, y q no por eso se tengan que quitar del guión. A veces parece q los guiones de series o pelis estén terminados por dichos ejecutivos, q ejercen una especie de censura decidiendo q es lo q podemos o debemos ver para su beneficio y nuestro atontamiento. Demasiados filtros, demasiados intereses, demasiado presupuesto, demasiado menospreciar al público. Lo peor es q a veces los mismos creadores nos imbuimos de esa mierda y acabamos reduciendo nuestro nivel de exigencia: "total, si no lo hago no tengo ni una oportunidad". Y así acabamos reproduciendo esquemas ya conocidos, y al final lo q era rompedor es un completo aburrimiento.
Nuevas fronteras chicos y chicas. Miseria e imaginación son hermanas gemelas.
Aunque hoy encontremos series cojonudas -de nuevo Weeds me parece la más rompedora y Lost la más imaginativa-, creo q algo se perdió por el camino, fruto de un proceso de conservadurización de la industria del entretenimiento q ha sido palpable en cine y tele. Lo extraño y los comportamientos desviados han sido apartados de la parrilla de las pantallas. Y

jueves, 8 de octubre de 2009

EL SOÑADOR.

Television sonando en mi pc -grande Marquee Moon, discazo. Donettes nevaditos (7+2, q perfección de pack, q te sacia completamente). Voy a encender un cigarrillo de un tabaco kenyata con la cabeza de un cabaio en el paqueste q me trajo mi progenitor y que, si el de aquí mata, éste es cómo fumar queroseno a palo seco. Porqué? No sé, malos hábitos. Al final la música es lo menos malo de todo el conjunto, q paradoja.
A falta de terminar unas guitarras y sintes en "Dame tú nº" ya tenemos todas las bases instrumentales de los 5 primeros temas q hemos grabado del próximo disco. Muy pizpireto el conjunto, entrañable y juguetón, la verdad es q mola bastante, ahora viene grabar voces, fase siempre entrañable y perturbadora. Horas de estudio en Siberia soñando con un futuro mejor, q siempre es más facil q convivir con el presente.
Leo y escucho por ahí q se va profesionalizando la música y la interpretación. Se crean conservatorios y se elaboran planes de estudio para formar a los futuros artistas, se van preparando marcos q alberguen futuros títulos firmados por el rey y q sirvan para decorar las salas de estar de los padres, tranquilizando sus conciencias al ver q lo de sus hijos/as es cosa seria y no un camino a la perdición. Futuros funcionarios del arte ordenan su bagaje y se preparan para ser los profesores de las generaciones venideras y así garantizar el pan de sus familias... Mientras los demás seguimos soñando despiertos, pensando en títulos para discos q no tendrán promoción pero q serán imprescindibles para entendernos cuando miremos atrás. Componiendo canciones mudas día a día, haciendo letras q codifiquen éste momento y estos sentimientos. Esperando el próximo concierto para encontrar un objetivo a tanta dedicación no-oficial. A tanto hobby-vida. Vivir de lo q sale de tú cabeza.
Will Eisner (Brooklyn, 1917-Florida, 2005) era uno de estos tipos soñadores. No creo q fuese un ejemplo de arte chocadélico, más bien era un profesional de la creación, una de esas figuras pioneras en un arte q no tuvo ese estatus hasta... yo q sé, quizás haya quien no considere el comic cómo un arte todavía hoy o q piense q Watchmen es ese momento. Pero cuando uno lée su novela gráfica El Soñador, se dá cuenta de q poca gente tiene la capacidad para transmitir cómo la tiene éste señor. Historia de un dibujante en la Nueva York de los años 30-40 intentando vivir de su arte, emociona encontrar tantos nexos de unión entre situaciones tan distantes en el tiempo y el espacio cómo la suya y la de un artista hoy en día. La gran diferencia estriba en el hecho de q en ese momento en el comic todo estaba por hacer, era el principio, no habían más reglas q las q marcaba un incipiente mercado. Bueno, en realidad esa ha sido siempre la gran lucha en la cultura popular, no? Mercado vs creatividad. Soñadores vs. comerciantes. Ilusiones vs. realidades. Eisner es el soñador, con la cabeza llena de personajes y historias q con mucha probabilidad le serán arrebatados por los editores amparándose en contratos draconianos. Personajes cómo Superman o cualquier otro, surgidos de las ilusiones de inmigrantes q acabaran sus días arruinados viviendo en cuchitriles. Bueno, tampoco es tan distinto de lo q vivimos hoy en día, aunque con la sobredosis de cultura de la era internet, creo q los Supermanes del futuro lo tienen muy jodido para pervivir en la cultura de masas,...
Pero pese a todo seguimos soñando con canciones q signifiquen algo y q nos hagan conectar con alguien. No habrá título para mi, os lo aseguro, aunque me pase 24 horas al día pensando en mi música. Tampoco creo q llegue a dar clases de nada, pq lo q sé tampoco se enseña. Obsesionados con el reconocimiento institucional, perdidos entre la creatividad caótica. Así estamos.
Viviendo en un futuro q nunca existió.