domingo, 7 de junio de 2009

ARTE CHOCADELICO (VII): MARTÍ

La culpa de todo la tienen nuestros mayores.
Y es q si los jóvenes de hoy son unos caníbales es porque alguien les ha dado el ejemplo equivocado... Y bienvenido sean, pq no veas vaya montón de mierda es la historia universal hasta el día de hoy! Sólo cabe esperar q gracias a los ejemplos equivocados, trayectorias erráticas, personajes disfuncionales, grandes anomalías de la civilización y una pronta exposición a dichas influencias sin tiempo de reacción permitan q de la desorientación consiguiente aparezcan antropófagos político-culturales dispuestos a derruir lo establecido.
Uno de esos abcesos culturales tuvo lugar en la Barcelona de los 80, y su nombre era Martí. Posiblemente encontraréis pocos datos sobre su persona en internet, cosa q dice mucho a su favor y define su talante y su vocación minoritaria y malditista, ý (q buena idea ponerle tilde a la y griega!) poco podré aportar a su biografía. Así, q cómo siempre, hablaré de cómo entré en contacto con su obra, de cómo lo hice mío y me jodió cómo un cáncer el cerebro.
Nunca la civilización íbera podrá agradecer lo suficiente la existencia del cómic underground barcelonés de los 80. Mira, la música es otro cantar, q aquí había mucho rock laietà y mucho "boletaire" o "galàctic", y q coño, yo era un chaval sin pelos en salva sea la parte al q la música, lejos de gustarle, le tocaba los cojones. Pero si me molaban los tebeos. El Mortadelo me flipaba, luego conseguí mi primer Spiderman y soñé durante bastantes años en ser un superheroe y coserme mi propio traje. Hasta aquí normal. Pero padres comunistas nunca fueron una sana influencia, y si tu tío encima era un proto-punk, pues no era dificil q corriesen por casa materiales no-aptos para el consumo infantil, pero que, evidentemente, llamaba a gritos al infante en cuestión. Allí estaba.... la jodida colección de El Víbora desde el puto nº 1, en lo más alto del estante, cómo si eso fuese a impedir algo.
El Víbora... macho, mecagoenlaputa, que revista. Vaya historietas. Cuanto vicio, degradación, política, sexo, drogas, asco, humor puro y drama junto. Pollas, ultra-violencia, rocanrol, esquizofrenia, todo un mundo se abría ante mis inocentes ojos. Que decir tiene q dicha inocencia se fue a tomar por el culo sólo con abrir la primera página. Otro día hablaré de Gallardo/Mediavilla, de Max, de Pons, de lo que el Víbora hizo por el cómix hispano al importar el trabajo de gente como Liberatore/Tamburini, Crumb, Shelton, Veyron, y tantos otros...


Hoy me quedo con el recuerdo de cuando leí aquella historia absolutamente acojonante en la q un tipo normal, hijo de campesinos, quiere ingresar en el cuerpo de la Guardia Civil cómo máximo objetivo de su triste vida. Pero en los exámenes de admisión la benemerita le desestima porque le faltan 2 cm para llegar a la altura reglamentaria... Ciego de resentimiento y odio contra los progenitores q le dieron dicha complexión castradora, vuelve al pueblo, los asesina cruelmente, los trocea y se los zampa cual antropófago de la España contemporánea más negra q el carbón... Y despues de la ingesta el tipo crece en altura los 2 cm q necesitaba para cumplir su sueño, y con orgullo entra a formar parte del cuerpo.
La firmaba Martí.
Y es q éste tipo, que si ves cara a cara parece vivir en su propio mundo lejos del nuestro, con su pelo largo blanco y cara de buena gente, es el hacedor de pesadillas y montruos modernos más brutal q he leido en mi vida. Y es de aquí. O sea, mezcla a David Linch, Charles Burns, La huella del Crimen, Berlanga, Garganta Profunda y el noir más sórdido junto con el Barrio Chino y el reslutado ni se acercará de lejos a lo que hace Martí. Su Taxista, cuyo primer volumen se titulaba "Sangre, sudor y semen" (el título ya vale imperios), es nuestro Taxi Driver, un hombre reaccionario con afán redentorista con odio visceral hacia el submundo en el q se mueve, q se vé arrastrado a una espiral de violencia y sinsentido repleta de engendros q parecen surgidos del reverso tenebroso de Dick Tracy. Y todo pasa al puto lado de tu casa, en la plaza Lesseps, en el Chino, en Can Tunis. Y te juro q dá mucho más miedo q pensar en el peor de los suburbios de una megalopolis yanqui.
Demasiado para mi cerebro. Disfrutaba cómo un gorrino sin entender ni un pijo, pero está claro q todo aquello conformó el tipo q soy hoy, y le tengo un cariño tremendo a personajes q dan asco y ternura a partes iguales. Supongo q así es la vida. Peperos buena gente, progres podridos, monjas putas y liberales muy hijos de puta. Monstruos con corazón, pesadillas pared con pared con el amor. Hiperrealismo, melodrama, imaginación, deformación, historias universales q hablan de la esquina.
Bueno, el caso es q tuve el privilegio de poder dar la mano a Martí en el pasado salón del cómic de Bcn, y delante suyo yo era ese niño de 9 años q no sabía q decir más q "grácias por tú arte". Me emocioné y quedé cómo lo q nunca he sido, un fan entregado. Creo q debió pensar q era un memo, pero lo mínimo q hay q hacer cuando te encuentras con alguien q te ha hecho vivir momentos tan intensos a nivel cultural-existencial, es ser agradecido. Si viviese en el campo le hubiese llevado una vaca.
La mejor noticia es q parece q está trabajando en lo q será la continuación de Taxista, y despues de ver los últimos trabajos q editó hace un par de años, tengo las uñas hechas una mierda de los nervios por esperar a tener en mis manos sus historietas. Cómo ya he dicho, no habrá muchas entradas de Martí en la red, señal de q en la red tampoco se encuentra todo lo bueno y de q el tipo es muuuy especial. Otros se han pasado a la ilustración, al diseño, ... y otros han tenido q seguir creando en la sombra, luchando por ser productos y personas a la vez, en una industria, la de los tebeos, donde a veces parece q se haga una recuperación selectiva de los maestros en función de su adaptación a los tiempos q corren, y no en base a su originalidad, singularidad y, lo más importante, imaginación.

Martí mola, en serio. Y es hiper-chocadélico. Fijo.