domingo, 25 de abril de 2010

YO Y EL DIABLO

Gil Scott-Heron siempre ha sido uno de nuestros artistas afroamericanos favoritos. Sin ir más lejos adaptamos su tema "The Revolution Will Not Be Televised" en Ranchory, y sigue siendo un ejemplo de funk de denuncia imperecedero. Oirle recitar sus poesías urbanas sobre canciones maravillosas es una experiencia gratificante, emocionante y q carajo, muy bonita. Música para escuchar y pensar, para comunicar ideas, mensajes, denuncias, imágenes de la vida. Y oirle hablar con su voz penetrante sobre las miserias del sistema y la vida de la comunidad afroamericana en los guetos te convierte en un alumno escuchando al maestro, a un maestro al q admiras y respetas. "Ey, es Gil, él sabe de lo q habla, él es un guía, háblanos tío!"

Bien, ahora quiero q escuchéis las dos canciones q os he linkado. La primera es un video de uno de los grandes temas de Scott-Heron, "The Bottle", una canción sobre las consecuencias del alcoholismo en la comunidad q escribió en los 70.
La segunda es el video oficial del nuevo disco q ha editado éste año o el pasado. Escuchad por favor.







Creo q hacía tiempo q algo musical no me conmocionaba tanto. Es escuchar el nuevo disco de Gil Scott-Heron, "I'm New Here", y sentir un dolor y una angustia muy profunda.
Es un hombre destruido.
Tras un par de decadas cómo cantautor insignia del jazz-funk de protesta, Gil empezó a desaparecer del mapa. Cómo España es muy folklórica y aquí el funk sólo le gusta a poco más de 1267 personas, nada más se supo. Ey ¿Dónde està Gil? ¿Ha muerto? ¿Se cansó de esta mierda de industria del entretenimiento y se retiró de la vida pública a una granja en medio de Carolina del Sur donde es un yayete la mar de majo q te abre las puertas de su casa cuando le vas a visitar? ¿Se había metido en política y hábia terminado en un tribunal acusado de corrupción y malversación de fondos públicos y tocamientos a menores?

No.
Se había convertido en un adicto al crack y se ha pasado los últimos veinte años en crack-houses, edificios llenos de adictos q sólo hacen q meterse sus dosis y mearse encima. Con un par de putas crackeras a su lado, Gil había ido perdiendo los dientes, la identidad, TODO. A principios de los '00 le detuvieron por posesión de cocaina y fue al talego, donde ha estado hasta q un productor de música electrónica fan suyo lo ha conseguido rescatar para la música y para la gente, y hasta para él mismo, q es lo más importante.
El disco es acojonante y acobgojante. Es blues industrial. Pero es blues. El blues del siglo XXI. Es el lamento del q lo ha perdido todo, el quejido de un muerto viviente, de un hombre roto, q terminó siendo una de las víctimas de las problemáticas q él trataba en sus letras. ¿Una víctima del sistema? Demasiado fácil para él. Es una víctima de sí mismo. El viejo Gil Scott-Heron murió, y el nuevo... el nuevo duele un montón. La caida de un referente es algo q impresiona. Entendedme, él fue uno de los pioneros en mezclar funk y política, le convertimos en la distancia en un ejemplo, en un modelo a seguir. Ya no era una persona, era un personaje, era lo q queríamos q fuese. Lo q necesitábamos q fuese. Y en ese proceso de construcción y entronación él ya estaba desintegrándose.
Y le sigo admirando. Ese disco es el disco más honesto q he escuchado en la vida (puede parecer q exagero, quizás lo haga, pero es algo muy real). Los artistas negros de antaño regresan: Maceo sigue dando al funk el vigor de los clásicos, Al Green lo borda con su soul, Marlena Shaw te derrite cuando tienes ocasión de verla, Tower of Power están engrasadísimos... Ey, y hay muchos otros artistas nuevos con propuestas muy interesantes, personalidades muy marcadas y discursos cada vez más personales... Pero esto es DE VERDAD.
Esto es el infierno narrado en primera persona. Esto no puedes hacerlo en tú casa ni pretender emularlo metiéndote hasta el culo de cocaina, caballo, follando a diestro y siniestro y cagándote en el sistema en prime time. La revolución no será televisada. La vida real dificilmente lo será tampoco. Esto es un testimonio. Más grande q uno mismo. Que quede claro, a la mierda la cultura de exaltación del artista maldito, q se la meta la indústria por el culo, Gil Scott-Heron era un yonqui, no me rió ni bromeo ni lo alabo. Lo escucho y escucho algo auténtico, escucho a alguien hablándome de la mierda en q se metió y de la q no tenía ni fuerzas ni voluntad para salirse. Hablándome de errores sin posibilidad de enmendar, y cómo siempre, escucho, pero no al maestro, sino a la persona. Porque a veces es básico no oir historias, sino testimonios. Y Gil Scott-Heron es un testimonio fundamental, en el pasado y en el presente.
Oir su voz hace tiempo dulce y melodiosa convertida en un ladrido desencajado y ceceante es algo q te deja hecho polvo. Y pese a todo, ahí está esa voz, esa presencia. El lamento, la rabia, la frustración, el BLUES. El blues clásico me puede molar más o menos según épocas, aunque la verdad es q adoro sus letras: hombres maltratados por mujeres o viceversa, sexo anal enmascarado, juergas y polvos con blanquitas, putas, chulos, borrachos y ciudades apestosas,... Pero claro, eso pasó hace mucho tiempo, lo ves casi de una forma pintoresca, no hay identificación. Luego el blues evoluciona -lo pillan los blancos- y casi se convierte en algo repetitivo e impostado, con tipos sosainas haciendo solos larguísimos y de vez en cuando cantando letras sobre lo tristes q están pq les ha dejado la churri de turno con un rollo sevillanístico bastante patatero. Una estandarización carente de intestinos y genitales. Un ejercicio de estilo. Pero entonces resucita Scott-Heron, lees sobre sus vicisitudes y ves q el blues todavía es real, está vivo, y es la herramienta de comunicación del marginado, del hombre derribado. Y entonces entiendes el blues, y ves q el buen blues sólo está al alcance de unos pocos.

"I did not become someone different
There I did not want to be,
But I'm new Here"

El éxito no significa nada.
Si buscábamos un sentido y un propósito, una luz, un héroe en éste tiempo de mierda (si es q alguna vez ha habido alguno q no lo fuese), me parece q, cómo decían en las bolsas de patatas cuando buscabas el premio: SIGUE BUSCANDO.

La vida es apasionante pero no deja de ser una puta mierda.

2 comentarios:

myr dijo...

que ganas de verlo! el año pasado que tenía que venir y al final no pudo ser nos quedamos todos con las ganas... una semana!
que bien que seamos 1267 personas locos por el funk y disfrutar de los conciertos en salas más bien pequeñas porque si fuesemos más y tocaran en estadios ya no sería lo mismo... viva las minorias!

Eva Huertas dijo...

jo... vaya dosis de realidad nos administras, y que crudo. Voy y me pongo a escuchar ese último tema de fondo mientras leo esta entrada y me deprimo por momentos. Sin final feliz ni esperanza alguna. Y con los tiempos que corren menos.
Mientras the bottle suena vigorosa, este otro tema suena a muerte, sobretodo al final.

Pues así haces que me replantee ir a verle en directo, si me voy a entristecer de esta manera, lo hago mejor en mi intimidad.

Suerte del funk, es cuestión de meterse otro chute para volver a la vida. ole por los 1267 que sabemos como quitarnos las penas de la mejor manera.