lunes, 30 de noviembre de 2009

NO SIN MIS DONUTS

Alguien tiene q pagar por lo q está pasando, gente. Porque una cosa es la jodida crisis, los EREs y los EROs de turno, la corrupción a pequeña y gran escala, el maltrato q reciben los productores agrícolas de los distribuidores, el acoso de los piratas somalís a los atuneros, y otra muy diferente que nos tomen el pelo de una manera tan soez e insensible a los consumidores de repostería industrial.
Y es q en todas las generaciones nacidas en las postrerías del franquismo y en adelante la repostería ind. ha tenido un lugar muy importante en nuestras vidas. Las meriendas dieron un salto adelante en el final de los 70, el pan con chocolate dejó paso a algo más grande, más suculento, más insano si queréis, pero mucho más apasionante a los ojos de un niño. Uno salía del cole y ya fuese la abuela o mami, siempre se venían con una bolsa de plástico con la merienda en su interior. Esa bolsa llena de ilusión, sorpresas -casi cómo si de la bolsa de Sport Billy se tratase (referente viejuno donde los haya)- q acostumbraba a tener un equilibrio entre lo salado y lo dulce. Primero una bolsita de patatas fritas en alguna de sus variantes (estrellitas Crecs eran mis favoritas, matutano al jamón, bocabits más adelante) y luego un pastelito a elegir dentro de un mercado creciente (Cropán cortaba bastante el bacalao con sus productos basados en los dibujos animados en boga: abeja Maya, Asterix, Tarzán...) cuyo atractivo crecía con el regalo de una figura troquelada o calcomanías a cascoporro.

Pero han habido productos q han trascendido a una generación y q han acabado por ser CLÁSICOS eternos que nos han acompañado a lo largo de nuestro crecimiento personal y q han pasado a ser elementos definitorios de nuestra personalidad. Me refiero a que toda mi vida he consumido esos clásicos, y q nunca he renunciado a ellos, en el instituto, en la universidad, cuando empecé a roquear, en los malos y los buenos momentos, siempre podía ir a la granja/super de turno y degustarlos, y q coño, sentirme mejor. Si, si, sentirme mejor, reconfortado, transportado a esa salida del cole en la q me esperaba mi yaya, cuando todo era más sencillo y no pensábamos en dietas sanas, alimentos ecológicos, los problemas del mundo y el deshielo de los polos.
Ya sabéis a que me refiero: a los hermanos Tigretón, Bony y Pantera Rosa. Dios, cada uno tenía su momento y cada uno de nosotros tenía su liturgia a la hora de consumirlos. Yo personalmente me comía primero su recubrimiento, cómo desnudándolos con la boca, y luego, tras observar su cuerpo desnudo degustaba su carne hasta dejarlos en su mínima expresión, lo q era el alma del pastelito, en ese punto en el q sólo queda la mermelada o crema pastelera, ese último bocado era extasiante... Siempre me quedará la duda de si los reducieron de tamaño en algún momento por necesidades empresariales y si fuí yo el q crecí, pero el hecho es cada vez saben más a poco, necesitando el combo (dos en uno) para saciarme realmente.
Luego estaban los Círculo Rojo, q descubrí tardiamente, pero q me pareció un producto stajanovista a más no poder. Casi constructivista: simple, menos vistoso, menos recargado, el pastelito reducido a su mínima expresión, minimalista, pero en un pack de 4 q te permite llegar hasta donde tú quieras sin limitaciones. Con los C.C. uno se siente libre para ser un gulas, es un espacio y un momento de libertad. Ideal a todas luces para cuando se va de bolo y se para en la gasolinera a comprar merendola, pues es perfecto para compartir, con el consiguiente jolgorio.
Pero hay un producto q realmente caló muy hondo en todos nuestros paladares y vidas, con el q he titulado esta entrada: el DONUT.
Mira, yo no conozco sus orígenes, seguro q es un invento yanqui, pq si alguna vez vas a los USA vas al paraiso del donut. Estanterías de supermercados infestadas de donuts te esperan con los brazos abiertos. No te imaginas a la pasma sin comer donuts a diestro y siniestro. Homer y sus rosquillas son una sola cosa. Bueno, fijo q la cosa nació allí, pero aquí la cosa fue diferente. Todos conocemos el Donut estandard de toda la vida cortesía de Panrico. Pero hay q hacer una necesaria diferencia entre su gama de productos: una cosa es el Donut fresco de cada día q uno podía comprar en los bares, granjas o cafeterías, y otra muy diferente los packs q se compraban en los supers.
Me explico. El Donut fresco del día -resulta un eufemismo pq se sabe a ciencia cierta q los tienen congelados y q los van descongelando a medida q los distribuyen- es la verdad absoluta. Perfecto en su textura, agradable a la vista, con esa fina y crujiente capa de azúcar en su punto, tan tierno cómo el culete de un recién nacido, tan delicioso y reconfortante cómo el abrazo materno, es imposible de mejorar. Mi vida sin el Donut fresco hubiese sido más triste, tengo recuerdos muy vividos de estar grabando en sesiones nocturnas de 22 a las 7 de la mañana, salir del estudio derrengado y parar en esa granja camino de casa q acababa de abrir y enfrente de la cual el camión estaba haciendo el reparto de los Donuts del día, y comprar un par q iba degustando camino de la cama... Joder, eso era felicidad amigos/as!!!
Aún así, reconocer debo q los packs (de 2 o de 4, o q coño, de 6), cuando uno los pillaba frescos, pese a no estar a la misma altura q los individuales, también eran satisfactorios. Y es q al final, el amante de la repostería adquiría la capacidad -o el poder mutante- de ver la frescura o el remenimiento de dichos packs sin abrirlos, sólo con la contemplación detallada y concienzuda de su interior. Eso si, cuando rapabas te comías con patatas Donuts chuchurríos, sudados, sin azucar, blandengues y muy poco satisfactorios. Nunca he sido favorable a ese formato porque desvirtuaba la naturaleza del Donut.
Caso aparte fue la llegada de los Dunkin' Donuts, producto paralelo q pese a su variedad siempre he considerado demasiado barroco y pesado de digestar por su densidad, pero eh! Una caja de 4 ha caido de vez en cuando, q tantos colorines y sabores hacen caer hasta al más purista. D.D. es el capitalismo donutiano, alejado de la simplicidad del donut hispano.
Esa densidad en la masa es equiparable al donut de pasteleria, también llamado berlina, producto sólo similar al donut en su apariencia y quizás composición (no nos engañemos, los donuts son a la repostería lo q el frankfurt a los cárnicos, el aprovechamiento de los restos de otras pastas para dar lugar a un conglomerado original. Si alguna vez confraternizáis con algún pastelero o distribuidor de repostería seguramente os hablará pestes de los donuts y de cómo se manufacturan, aunque seguramente no dejará títere con cabeza de lo q podéis encontrar en una pastelería, y es q ya queda atrás la excelencia de la artesanía pastelera, que ha dejado paso a la producción en cadena y sin mucho cariño). Al fin he comprendido q una berlina tiene su momento y su lugar, sobretodo ante los acontecimientos presentes que han afectado a la naturaleza del donut original, y q paso a relatar a continuación.

La mierda q nos quieren vender

Y es que, amigos de los pastelitos, un terremoto, que digo, un tsunami, ha conmocionado el mundo del Donut contemporaneo. Dentro de un plan de relanzamiento del Donut, Panrico ha decidido unilateralmente cambiar la manera de comercializar éste producto tan querido, cesando su distribución diaria con camiones por toda la ciudad de bandejas con donuts frescos, por un método que seguro q es más rentable pero que ha disminuido la calidad de nuestra rosquilla favorita: ahora todo donut está empaquetado al vacío, en formato individual, bajo el pretexto de q así conserva su frescura en todo momento. ¡¡¡MENTIRA!!! ¡¡¡ULTRAJE!!! ¿A quien coño quieren engañar? Bueno, está claro q a todos, pq nadie en su sano paladar puede equiparar la frescura y ternura de un donut recién sacado de la bandeja donde yacía con sus hermanos con un donut envasado al vacío, sin gracia, sin el azúcar en su punto, sin ese carácter q lo hacía suculento y auténtico...
Todo cambia, pero esto es pasarse. ¿Que tiene Panrico q decirle a esos millones de amantes del donut fresco q ahora vagan de cafetería en cafetería buscando su bandeja de donuts frescos y sólo encuentran el puto paquetito con un ente desnaturalizado? ¿Es q sólo los criterios económicos bastan para transformar un clásico en algo anodino y sin gracia? ¿Serán capaces de reconocer su error y deshacer esa decisión a todas luces errónea? Y más allá ¿Seremos capaces los adoradores del donut tradicional de movilizarnos y provocar una vuelta a los orígenes, a la calidad, a lo q tiene q ser? Hay q hacerlo, y no sólo por nosotros, hermanos y hermanas ya creciditos, sino por los niños. Ellos son las grandes víctimas de todo esto, ellos q no pueden decir nada, indefensos ante un mercado q sólo piensa en la competitividad y olvida q la repostería industrial conforma el carácter y la vida de los futuros mandatarios del mundo. Quita el donut original, cambia los nevaditos de Reglero por una mierda irreconocible, modifica el Bollycao hasta dejarlo irreconocible (la degeneración del Bollycao es la caida de un clásico a la cloaca repostera) y esa nueva generación crecerá sin valores, quedando a merced de patrañas cómo las pastas envasadas. Puto plástico! Putos mandamases q desayunan huevos revueltos con bacon en hoteles de 4 estrellas! Q os jodan, cabrones sin alma, yo quiero mis donut tradicionales! Al menos no seáis gilipollas y abrid puntos de venta en los q podamos encontrar los donuts vintage tal y cómo los hemos conocido siempre! Eso es lo q más me da por el culo del capitalismos y donde se destapa una de sus grandes fallos: te dicen q éste es un sistema en el q puedes tenerlo y encontrarlo todo, en el q el mercado genera productos para todos los sectores sociales y todos los seres y estares... Pues todavía no hay ni una jodida tele, ni una jodida radio, ni una jodida reposteria q sea para la gente cómo nosotros! Y si la había, la estan desarticulando ante nuestras narices...

Pues yo digo q les van a dar por el culo, voy a luchar hasta mi último suspiro por lo q creo justo y para q las generaciones venideras puedan tener acceso a una reposteria humanista y de calidad. Y no estoy sólo, q somos muchos, q lo sé yo. Puede parecer una lucha futil y sin importancia, pero en los pequeños gestos están las grandes victorias, desde ahora doy por abierta la adscripción a la Frente de Liberación de la Repostería Industrial (F.L.R.I).
¡¡¡HIJOS DE PUTA, HAN MATADO AL DONUT!!!

11 comentarios:

Amaiuki dijo...

So pena de que me echen del blog por hereje...confieso, no me gustan los donuts! Pero tenemos buen rollo eh?! los Donuts y yo quiero decir, nos respetamos y nos queremos...mientras no tenga que comermelos... jajaja La verdad es que desconozco las causas y los motivos, supongo que es que me hicieron un poco extraña...tampoco me gustan los huevos fritos...jajajaj

Eso sí, GRANDE! ENORME! yo me uno a la causa, me has convencido! La cara de placer rozando el extasis de los colegas mientras engullen suculentos Donuts no tiene precio!!!

Kiss!

Anónimo dijo...

Hola soy Mantecao.
Como mi nombre indica soy entendido en la materia y debo decir que te apoyo en esta causa hasta la muerte! (me ha encantao lo de "repostería humanista"). Debo decir también que me erijo desde hoy y ante el muno como vice-presidente del FLRI! Me cago en tó! Qué está passaaant! Que vuelvan los donettes rellenos de fresa! Efe, Ele, Erre, I! FLRI! Hagamos una web tí@s! Por cierto has probado los nuevos Cheetos Merienda?...

Anónimo dijo...

El crecimiento de las panzas es inversamente proporcional a la desaparición de lo que llamas repostería humanista (esto es algo fácilmente observable)peroooo parís bien vale una fiesta!!!

chocopanda dijo...

....yo eske soy mas de porras y churros, aunque si me l@s vendieran al vacio supongo que estaría igual que lalo!!

Eva Huertas dijo...

permitidme que diga que los 2 últimos comentarios son los más acertaos! Y aunque yo tb he sido víctima de Donuts, Bollicaos, phosquitos y sobretodo, panteras rosas(que tb identifico con la granja a la salida de la escuela), les tengo cierto desapego, no se si a causa de lo que tu relatas sin haberme dado cuenta o simplemente porque jamás me causaron taaanto furor. Me gustan pero los como sin amor: donde esté una buena porra calentita, con chocolate,sudorosa de aceite requeteusado (malpensados!). Además que no quiero ni pensar la de porquería con que los fabrican!
En cuanto a los Dunkin, yo también he sucumbido a sus colorines pero todos sus productos son extremadamente dulces!masoquismo para la lengua!

El capitalismo jamás obedeció a nadie, solo satisface las necesidades que él mismo inventó pero no completamente, para mantenernos en un estado de infelicidad permanente y angustia creciente salida de la nada. Siempre sabido, pero no evitado, somos esclavos. Prefiero plantarle cara, a lo monje budista, aunque resulta difícil, y creer que yo controlo mi vida.

donde esté el bizcocho de tu madre, las roscas de la abuela, la tarta de la tia y el producto típico de la tierra, que se quite lo demás!Más barato, rico, sano, menos embalajes contaminantes, más Amor! que más se puede pedir! propongo otro movimiento pro-comida casera.

Eva Huertas dijo...

más chocadelico, pienso y todo!
obreros del buen comer?
(no el del restaurante elitista, sinó de lo que tanto fracasan intentando imitar industrialmente)

PD: se me olvidó decir que encima el nuevo donut es enano y con envoltorio exagerado! Nada de acuerdo con la ecología "de moda" en estos días!

Lalo dijo...

Q bonito debate!
De todas maneras, la repostería tradicional es harina de otro costal y merece otra entrada (q nunca haré!), aquí estamos hablando del capitalismo aplicado a las merendolas, de multinacionales jugando a ser dioses y de consumidores a merced de imbéciles q comen... en el Bulli cuando les dan tanda?
Negocio, negocio, negocio, comer, comer, comer: Comercio, si ya el mismo vocablo lo dice!

Eva Huertas dijo...

toda la razón entonces

PD: hablando de churros y comercio también, menudo se ha montao el licencia a la boca del metro marina! borrachos/resacosos a merced de lo que manden en esa churrería!

erektor dijo...

No tiene nada que ver, pero quiero hacer saber que los agujeros de Filipinos son una mierda y no son dignos de de llevar el nombre de Filipinos, que no nos engañen!, Artiach engaña y manipula!

A.O. dijo...

Me uno a la lucha por la restauración del donut vintage. Por supuesto, podeis reproducir el artículo de la nacionalización de la industria musical (y se agradece). Tengo pendiente indagar en Lagartija Nick, y después de leer el manifiesto anartista creo que repasar a Bakunin también... Vuestra versión de "Revolution will not be televised" es brutal! Adelante con Chocadelia y un saludo

Cork dijo...

La FCTPND (Facción Cuerno y Triángulo Panrico Not Dead) se une a la lucha!!