jueves, 8 de octubre de 2009

EL SOÑADOR.

Television sonando en mi pc -grande Marquee Moon, discazo. Donettes nevaditos (7+2, q perfección de pack, q te sacia completamente). Voy a encender un cigarrillo de un tabaco kenyata con la cabeza de un cabaio en el paqueste q me trajo mi progenitor y que, si el de aquí mata, éste es cómo fumar queroseno a palo seco. Porqué? No sé, malos hábitos. Al final la música es lo menos malo de todo el conjunto, q paradoja.
A falta de terminar unas guitarras y sintes en "Dame tú nº" ya tenemos todas las bases instrumentales de los 5 primeros temas q hemos grabado del próximo disco. Muy pizpireto el conjunto, entrañable y juguetón, la verdad es q mola bastante, ahora viene grabar voces, fase siempre entrañable y perturbadora. Horas de estudio en Siberia soñando con un futuro mejor, q siempre es más facil q convivir con el presente.
Leo y escucho por ahí q se va profesionalizando la música y la interpretación. Se crean conservatorios y se elaboran planes de estudio para formar a los futuros artistas, se van preparando marcos q alberguen futuros títulos firmados por el rey y q sirvan para decorar las salas de estar de los padres, tranquilizando sus conciencias al ver q lo de sus hijos/as es cosa seria y no un camino a la perdición. Futuros funcionarios del arte ordenan su bagaje y se preparan para ser los profesores de las generaciones venideras y así garantizar el pan de sus familias... Mientras los demás seguimos soñando despiertos, pensando en títulos para discos q no tendrán promoción pero q serán imprescindibles para entendernos cuando miremos atrás. Componiendo canciones mudas día a día, haciendo letras q codifiquen éste momento y estos sentimientos. Esperando el próximo concierto para encontrar un objetivo a tanta dedicación no-oficial. A tanto hobby-vida. Vivir de lo q sale de tú cabeza.
Will Eisner (Brooklyn, 1917-Florida, 2005) era uno de estos tipos soñadores. No creo q fuese un ejemplo de arte chocadélico, más bien era un profesional de la creación, una de esas figuras pioneras en un arte q no tuvo ese estatus hasta... yo q sé, quizás haya quien no considere el comic cómo un arte todavía hoy o q piense q Watchmen es ese momento. Pero cuando uno lée su novela gráfica El Soñador, se dá cuenta de q poca gente tiene la capacidad para transmitir cómo la tiene éste señor. Historia de un dibujante en la Nueva York de los años 30-40 intentando vivir de su arte, emociona encontrar tantos nexos de unión entre situaciones tan distantes en el tiempo y el espacio cómo la suya y la de un artista hoy en día. La gran diferencia estriba en el hecho de q en ese momento en el comic todo estaba por hacer, era el principio, no habían más reglas q las q marcaba un incipiente mercado. Bueno, en realidad esa ha sido siempre la gran lucha en la cultura popular, no? Mercado vs creatividad. Soñadores vs. comerciantes. Ilusiones vs. realidades. Eisner es el soñador, con la cabeza llena de personajes y historias q con mucha probabilidad le serán arrebatados por los editores amparándose en contratos draconianos. Personajes cómo Superman o cualquier otro, surgidos de las ilusiones de inmigrantes q acabaran sus días arruinados viviendo en cuchitriles. Bueno, tampoco es tan distinto de lo q vivimos hoy en día, aunque con la sobredosis de cultura de la era internet, creo q los Supermanes del futuro lo tienen muy jodido para pervivir en la cultura de masas,...
Pero pese a todo seguimos soñando con canciones q signifiquen algo y q nos hagan conectar con alguien. No habrá título para mi, os lo aseguro, aunque me pase 24 horas al día pensando en mi música. Tampoco creo q llegue a dar clases de nada, pq lo q sé tampoco se enseña. Obsesionados con el reconocimiento institucional, perdidos entre la creatividad caótica. Así estamos.
Viviendo en un futuro q nunca existió.

2 comentarios:

Eva Huertas dijo...

Bueno, pues es mejor vivir soñando, con un pie en cada lao.

PD: para todos los soñadores! este domingo echan una buena en la Btv (la de Barcelona) a las 23:00h! :)

Oni Rjk dijo...

Mejor vivir soñando a hacerlo pensando en lo que podría haber sido.



"La felicidad no consiste en desear cosas sino en ser libre." (Epícteto)